Que Dios lo tenga en cuenta
El aire está repleto de suspiros en vano,
de lágrimas vertidas a importe de saldo,
de sangre derramada por un jodido trapo.
De mujeres roídas con hijos enterrados,
de piernas emigrantes de cuerpos mutilados,
de bombas traicioneras lanzadas como dados.
De guerras dirigidas desde grandes despachos
por grandes dirigentes que pierden nada a cambio,
que juegan con las vidas como el que anda apostando.
Que Dios lo tenga en cuenta, si se para a contarlo.
1 comentario:
Sin publicidad he estado en tu blog de poemas...y este verso que cuaelgas como reclamo es muy bueno...un abrazo de azpeitia
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